martes, 30 de noviembre de 2010

The Towerplane Rangers. (de towerplein renllers)




   El Todoterreno policial, se enfiló por una carretera en mal estado de Saint Anne. Los agujeros que tenía aquel camino hacían que el vehículo pareciera trastabillar más que rodar.  Esa noche era muy oscura, ni luna ni estrellas asomaban por algún recoveco del encapotado cielo, y la falta de casas en aquella zona rural hacía que no se vislumbrara ninguna lucecita que anunciase la morada de alguien vivo...además la mayor parte de  las pocas casas que habían en la zona, se usaban como residencia de verano y para pasar algún fin de semana, y en invierno no estaban habitadas más que por algún perro guardián, y algún gato o algún erizo que furtivamente se colaban en las fincas por el placer morboso de alborotar a los canes.
    La zona, no obstante había sufrido una oleada de robos y El agente Joe O´Clavely conducía lo mejor que podía por esos andurriales sin perder detalle de nada. La conversación con su compañero Ralph Emorous había decaído a lo largo de la noche....... la conversación y el contenido de dos bolsas de cheetos y una bolsa de pipas de calabaza.
     Joe Para no dormirse al volante, entonaba a pleno pulmón unas antiguas y melancólicas rancheras. Su canto era una armoniosa pelea de gatos mezclado con la estridencia de arañar una pizarra de colegio con las uñas. En el asiento de al lado Ralph Emorous bajaba las dos alas de su sombrero tejano intentando que no se notara que trataba de taparse los oídos, al tiempo que miraba hacia fuera del vehículo resoplando de hastío y poniendo los ojos en blanco.
     Joe Era un cuarentón fornido, al que le gustaba autodefinirse como "macho-malote", siempre con una perenne barba cerrada de dos días con la que se podría lijar la mismísima piedra  poseía una fuerte barbilla, nariz chata y unas cejas abultadas y pobladas de pelo. Su cuerpo hacía tiempo que había abandonado el porte atlético para dar paso a un abdomen y pecho bastante grande y que el atribuía a que era "ancho de caja" y tenía "los huesos gordos". Sus antebrazos parecían las piernas de un futbolista y eran anormalmente largos. Este aspecto goriláceo hacía pensar que los neardentales no se habían extinguido aún, pero aun así no estaba exento de un atractivo muy masculino.
    Ralph era otro cantar, de piel muy blanca y manos de escribiente que cuidaba siempre con todo tipo de cosméticos, se dedicaba a cultivar sus músculos  con sesiones intensivas de pesas y su mente con la constante lectura de mamotretos para frikis, que trataban sobre temas rebuscadísimos sobre los que gustaba hablar,  pero que realmente a nadie interesaban. Lucía unas gafas de ratón de biblioteca que le hacían parecer un pacífico poli de pueblo. No obstante a veces tenía que quitárselas para participar en auténticas broncas de película de Bud Espencer y Terence Hill; su trabajo a veces lo requería,  y aunque secretamente disfrutaba de ellas, después solía tirarse el cuento de que odiaba la violencia y que hubiera deseado no llegar a esos extremos. Ralph no era alto, pero tenía la complexión de un ladrillo del nueve, es decir, estaba fuerte como un rott weiler, hasta el punto que estos mismos canes se lo pensaban antes de acercársele. Ralph no podía aguantar más la tormenta musical con la que le estaba obsequiando Joe, así que en un rápido gesto encendió la radio del coche y sintonizando una frecuencia de música latina, le dio todo el volumen.....Joe calló de repente y bajó el volumen de la radio..
-¿que sucede?¿no te gusta mi canción?
-No, sí me gusta la canción,. Lo que no me gusta es que la asesines de esa forma
-¿se puede saber de que hablas?, he sido campeón de karaoke tres veces en mi pueblo..
-yaaaa, oye no te has dado cuenta de como te quieren en tu pueblo, deberías visitarlos más a menudo
-está bieeeen...podrías darme algo de conversación, estás hoy de un humor de perros- dijo y poniendo cara de resignación y volvió a darle volumen a la radio.Ahora sonaba una melodía italiana de amor, ambos dos comenzaron a tararearla al unisono meneando la cabeza al compás...al percatarse mutuamente de la coyuntura estallaron en carcajadas. Había muchos momentos como esos, se pasaba del tedio e incluso hostilidad, a la risa camaraderil, y juegos de masculinidad "sospechosa" en especial entre dos tipos duros como ellos. La risa se vio interrumpida por un hedor insoportable en el interior del coche, Joe en tono de enfado vociferó:
-¡Cabronazo!, yo te estoy respetando absteniéndome de fumar  en el coche, y tu te sueltas un cuesco que mataría a un cerdo-, Ralph entre risas contestó:
-te juro que no se de que me hablas, habremos pasado cerca de alguna fosa séptica-y continuó riendo dado que esa noche tenía el estomago mal y periódicamente lo hacía saber aunque su exclamación sobre ello distaba de ser oral.....
-¿fosa séptica?...la fosa séptica de tu culo cabrón!...
-calla! ¿que es eso?- dijo Ralph de repente señalando a lo alto de una colina, se veían los dos faros rojos de la parte trasera de un vehículo estacionado, Joe terminó de bajar la ventanilla para que se ventilase todo bien..
-sera mejor que vayamos a ver, pero vamos a pié...este coche hace mucho ruido-dijo Joe deteniendo el motor del coche. Ambos bajaron del vehículo, subiendo sigilosamente por el camino que conducía a una vieja casona de campo encontrando los agentes la cadena de la puerta de la verja rota.
     Las luces traseras de una furgoneta oscura aparcada junto a la puerta, alumbraban tenuemente la escena. Por una de las ventanas de la casa se veían luces de linterna sacudirse por las paredes de la habitación, así como se oían ruidos propios de que estuviesen registrando violentamente el lugar. De repente salió por la puerta un individuo cargado con un televisor de grandes dimensiones con dirección a la furgoneta que miraba hacía atrás y decía en un tono apagado:
-vamos ya tenemos suficientes cosas-, y una voz le respondía desde el interior:
 -un momento-.
    Joe y Ralph, ocultos tras un seto intentaban avisar por la radio policial para pedir refuerzos, y avisar de lo que estaba sucediendo, pero al estar en una zona de serranía al parecer no llegaban las ondas y nadie les respondió. Se miraron, no quedaba más remedio que actuar sin refuerzos. En ese momento el segundo ladrón salió con un bulto en las manos, y decidieron actuar :
-¡Policía!¡No os mováis!-el segundo ladrón un hombre de estatura mediana pero fornido, miró al primero de ellos, un hombre alto y obeso y rápidamente arrojó el bulto que llevaba a los agentes, quienes para zafarse casi caen al suelo. Cada uno de los ladrones salió corriendo en una dirección campo a través y en la oscuridad de la noche. Ralph le dijo a Joe en tono recriminatorio-"....alto policía, alto policía", ¿por que siempre tienes que avisarles de esa manera? y Joe aun aturdido contestó..
-¿por que siempre tienen que hacer eso? deberían obedecer- y ambos arrancaron a correr, cada uno detrás de un ladrón linterna en mano. Joe en pocos segundos comenzó a vislumbrar la figura pesada del hombre alto y obeso, que de vez en cuando lanzaba miraditas hacia atrás; este empezó a trazar una curva y Joe quiso acortar en linea recta... de repente se hundió en un agujero lleno de una sustancia densa y fétida...su linterna cayó rodando fuera..
-¡mierda!-gritó, y no sabía cuan acertado estaba, puesto que se trataba de una fosa séptica  a cielo abierto. Nadó hacia el extremo como pudo y salió totalmente empapado de ese "caldo" fecal. El ladrón al que perseguía ya casi creía haber escapado y seguía corriendo a buen ritmo, pero en la oscuridad de la noche y habida cuenta que casi no miraba al frente, pues comprobaba constantemente si le seguían, fue a estampar su cabeza y su cuerpo con un manzano grande, e hizo temblar todo el árbol. Primero se oyó el aleteo que algún ave que el árbol pernoctaba y que salió volando despavorida , amén que de la sacudida las manzanas comenzaron a caer.... el ladrón trastabilló hacía atrás y cayó de espaldas inconsciente...Al momento llego el monstruo de la ciénaga...Joe recubierto de ...esa cosa, encontró al ladrón bajo un buen montón de manzanas y le puso las esposas al caco.
    Por lo alto de la loma corría Ralph detrás del otro ladrón que parecía estar en buena forma, ambos tropezaban periodicamente puesto que era un terreno pedregoso y no había luz. Al volver de un  pequeño grupo de pinos se vislumbró una vivienda de campo cercada y alumbrada. El ladrón llegó al recinto y saltó la verja de hierro en forma de puntas de lanza, Ralph al llegar hizo lo propio, aunque se desgarro le entrepierna de sus vaqueros con una de esas puntas...
-¡ufff!, ¡ha estado cerca!-
    La persecución terminó cuando arrinconó al caco en la porchada de la vivienda, y este jadeando, enseñaba la palma de sus manos en señal de rendición. Ralph sacó sus esposas, y de repente el ladrón le sacudió un buen puñetazo al policía. El policía le devolvió otro que no era menos, y se enzarzaron en una auténtica pelea propia de pelis de Chuck Norris, pegandose, puñetazos, patadas y algún que otro beso al suelo. Finalmente el ladrón cayó casi noqueado de bruces al suelo, y Ralph se subió a horcajadas sobre sus caderas para ponerle las esposas, pero en ese momento...se oyó un gruñido aterrador..."GRRRRRRRR"....Ralph y el aturdido ladrón giraron la cabeza....un magnífico perro doverman les acechaba con pose de atacar en cualquier momento......
.....Diez minutos más tarde Joe cargaba en la parte de atrás del todoterreno a su detenido que ya lucía un chichón de proporciones elefantinas pero que olía agradablemente a frutas, al contraste con Joe que olía a .......En ese momento llegaba Ralph con su detenido el cual iba sin pantalones, a Joe le sorprendió pero no preguntó. Ambos policías montaron en la parte delantera del coche.  Ralph iba con su ropa hecha girones lleno de arañazos y unos mordiscos terribles en las manos, pero no dándole importancia se percató de como iba Joe así que le miró de modo socarrón y le dijo:
-hay algo que no me huele bien de ti- a lo que Joe le respondió:
-y a ti, parece que hay algo que te reconcome........
   A la mañana siguiente, en un chalet de la sierra un hombre de mediana edad se levantó y salió desperezándose al porche de su casa, a disfrutar de los primeros rayos del sol y del frescor matinal. Cual fue su sorpresa al encontrarse a su perro doverman con un grillete de esposa puesto en su hocico, y en el otro grillete estaban las dos patas delanteras del animal. A su vez el que había cometido semejante atrocidad había atado las patas traseras a las dos delanteras con ...¡unos pantalones!....

Nota: Cualquier parecido con la realidad, es pura guasa.

Glutth

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