martes, 18 de enero de 2011

Requiem por un pepinillo andaluz

   Hace ya varios días que Arístides Ñesplanza, reza en la oscuridad de su habitación por recuperar el ansia de vivir. Entre suspiros y sollozos recuerda a su primo Celedonio Basquerville, más conocido como Celedonius B. (ver en biografias de este mismo blog), que fue hallado cadáver colgando de un pino boca abajo. Como todo en Celedonius era sorprendentemente extraño. Había decidido suicidarse colgándose por los pulgares de ambos pies, cabeza abajo. Al parecer una vez colgado era tan doloroso que trató de doblarse y desatarlos, pero un curso de nudos marineros hecho por correspondencia y su obstinado perfeccionismo al hacerlo todo extremadamente bien, hicieron que fuesen indesatables. El informe forense lo decía bien claro: óbito por enrevesamiento conífero.
    El Martes 23 a las 10:10 AM se le comunicó la fatal noticia a Aristides como único pariente vivo. A los parientes muertos no se lo dijeron, dado lo delicado de su estado. También se le hizo entrega de una bolsa con los efectos personales de su primo que consistían en:
1 una bolsa de plástico,
2 una bolsa de plástico contenida en la primera bolsa de plástico,
3 una caja que contenía las anteriores bolsas de plástico, incluida la que contenía las dos bolsas de plástico una dentro de la otra,
4 una cinta métrica,
5 un alargador de pene,
6 unos calcetines doblados,
7 un juego de naipes de tarot de Marbella ,
8 Una runas jiennenses
9 dos bolsas de plástico que contenían la caja que contenía las bolsas de plástico,
10 una bolsa de plástico que contenía al funcionario que entregó la bolsa de plástico,
11 un alcornoque bonsái,
12 un objeto cilíndrico de látex de unos 20 centímetros, con un dispositivo vibratorio cuya función es desconocida
13 un ejemplar de "la hojarasca" de Gabriel Garcia Marquez, conteniendo dos bolsas de plástico que contenían cada una a Gabriel Garcia Marquez.

    Arístides dispuso la incineración del cadáver, aunque después viendo que lo habían reducido a polvo, pensó que no le hubiese gustado a su primo, con lo que reclamó a la agencia funeraria  y se lo volvieron a recinerar, dejándolo otra vez de cuerpo entero, eso sí un poco ceniciento. Pensó que a su primo le hubiese gustado más haber continuado estando entre los seres vivos, como uno de ellos o como parte de ellos, por lo cual llevo el cadáver a una fábrica de pienso para perros convirtiéndolo en cientos de pequeñas y apetitosas croquetas que cupieron en un solo saco. Al parecer dicho saco fué  adquirido por Helmuth Furhertinski, dueño de un mastín checoslovaco, y al parecer pensaba compartirlas con su perro. Fue un bonito gesto, que fue agradecido por el mastin y por los invitados de su dueño el cual sirvió en un pequeño canapé para amigos, unas deliciosas albondiguillas cuya receta quedó en el más absoluto secreto.
     Aristides quedó muy trastocado por la defunción de su amado primo y por acarrear con el saco de croquetas hasta la salida de la fábrica, aunque este solo pesaba 120 Kgrs. La pena causó un gran abatimiento psiquico en su espalda, por lo cual comenzó a darle vueltas al sentido de la vida, hasta que dicho sentido parecía mareado, encontrando pocas motivaciones para seguir sobre este mundo.
    Pensó tal vez en viajar al extranjero, tal vez Júpiter o Valladolid, o sitios por el estilo... creyendo que sería el equivalente a estar en otro mundo y tal vez allí hallar un motivo para seguir vivo, pero al final desistió de su propuesta; ¿donde encontraría motivaciones para vivir en Júpiter?; ¿acaso iba a encontrar en Jupiter tiendas que vendiesen motivaciones para vivir?, ¿grandes almacenes de motivaciones para vivir?, ¿puestos callejeros de esas motivaciones?, Obviamente no, en Júpiter solo había Polvo y Gas ardiente, y la única motivación que hallaría allí sería salir huyendo para no quemarse el culo; exactamente lo mismo que le pasaría en Valladolid, aunque en Valladolid al menos el servicio de limpieza barre a diario el gas ardiente y parte de la motivacion de salir huyendo, aunque la otra parte se queda, por que está muy pegada al suelo.
     Siendo todo esto así, la desesperanza invadió el animo de Aristides y la sombra del suicidio empezó a rondarle, Arístides  le apuntó con una linterna encendida y desapareció, momentaneamente, ya que dicha sombra solo se había camuflado haciéndose la chinesca con forma de conejo en la pared.
     El teléfono sonó estridéntemente . Al principio Aristides  pensó que el dichoso aparato sólo quería llamar la atención aunque pronto se percató de que de verdad le pasaba algo. Al descolgarlo se oyó una voz, que decía:
-¿Dígame?-era la voz de Arístides hablándole al auricular. Por el teléfono se oyó otra voz que le contestó:
-Buenos días, ¿ el Seños Aristides Ñesplanza?-esa no era la voz de Aristides, era de otra persona aunque parecía una persona pequeñita, porque la voz que salía del teléfono era pequeñita
-si, soy yo-era otra vez la voz de Aristides, casualmente siempre se se oía su voz cuando movía los labios para hablar
-Hola mi nombre es Arturo Reinones y soy el albacea de Su primo Celedonius. Ha de comparecer en mi despacho por favor, al parecer es usted el único heredero de su patrimonio....La noticia cogió de sorpresa a Aristides  quien quedó boquiabierto, orejicerrado, cejijunto y narizomoqueado. Una vez en presencia del Señor Reinones este le informó:
-Señor Ñesplanza, francamente creí que era usted muy pequeñito pues su voz sonaba pequeñita por teléfono, ciertamente ahora veo que tiene usted la voz mas gorda..
-Gracias, ya la he puesto a dieta-contestó Arístides quien pensó, que el había pensado lo mismo del señor Reinones. Al parecer alguien había saboteado las lineas telefónicas y las voces se oían pequeñitas como las que se oyen por esas pequeñas radios los domingos por la tarde cuando hay partido. El gobierno ya había iniciado una investigación sobre el sabotaje. Meses después un tal Graham Bell fué detenido como autor declarándose inmediatamente....miembro de la nación del arco iris.
-Señor Ñesplanza, creo que no se hace usted a la idea de la importancia  de lo que le he de decir..
-Por favor Señor Reinones apresurese sin más felación..
-perdón-continuo Reinones dejando lo que le estaba haciendo a Arístides- Ha heredado usted una inmensa Fortuna
-No me diga señor Reinones, sabré darle buen uso descuide....
   A los pocos días, en la salita de estar de Arístides sobre un pedestal, lucía esplendorosa la estátua de la diosa fortuna de dos metros de altura sobre una rueda,  y en griega pose, heredada de su, amante del arte y primísimo... Celedonius, siendo el orgullo de Aristides quien invitó a tomar el te a todos los gatos del barrio para presumir de su nuevo elemento decorativo.
    La sombra del suicidio se había desvanecido y un famoso Doctor de la zona le daba bofetaditas en la cara y le hacia aspirar sales tratando de reanimarla.
     El señor Reinones se había mudado al teléfono del saloncito.
    Se habían puesto de moda unas misteriosas albondiguillas que todo el mundo servía por doquier en las reuniones caseras e incluso en las fiestas de Isabel.
    Al señor Furhertinski, se le habían acabado las albondiguillas y ordeno convertir en croquetas de carne su pierna derecha, aunque después de eso fue detenido por un delito de maltrato hacia maquinaria de picar carne, aunque un perro mastín checoslovaco declaró a su favor  y le redujeron la condena a dos centímetros y medio.
    El tal Graham Bell capturado por las fuerzas policiales fue sometido a un peeling corporal hasta morir, y después de eso escribió un novela que se titulaba "video kill the radio star...part two, y aprendió biodanza para equilibrar sus chakras.....
                                                             


 Glutth

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